El Concepto de Divinidad en el Islam    -   En el Nombre de Allah, El Misericordioso y El Compasivo   -   ¿Quién es el Creador?   -   El Retorno de Jesús al Final de los Tiempos   -   La situación de la mujer a través de la historia: su vida en las sociedades y civilizaciones pre-islámicas   -   Falsos conceptos sobre la mujer en el Islam

La Oración en el Islam

Derechos del hombre en el Islam

Derechos del hombre en el Islam

Dios es el único y absoluto dueño del universo, el soberano que da fuerzas y el que alimenta, el Misericordioso cuya clemencia santifica a todos los seres humanos, otorgándoles dignidad y honor al concederles de su propio espíritu. 

Las personas son iguales  

Para comentar este importante tema, el Islam parte de un concepto especial: Dios es el único y absoluto dueño del universo, el soberano que da fuerzas y el que alimenta, el Misericordioso cuya clemencia santifica a todos los seres humanos, otorgándoles dignidad y honor al concederles de su propio espíritu. Cualesquiera que sean los atributos humanos, todas las personas son profundamente iguales, y no debemos jamás distinguir a los unos de los otros a causa de su nacionalidad color o raza. Cada ser humano es por tanto parecido a sus semejantes y por tanto la humanidad forma una comunidad fraternal al servicio del Creador, el compasivo, el Señor del Universo.

En este contexto espiritual, el concepto islámico de unicidad es dominante y central, y comprende necesariamente el concepto de la unidad humana y la fraternidad entre los hombres. 

Un estado islámico puede ubicarse en cualquier lugar de la tierra pero el Islam no limita los privilegios y los derechos del hombre a las fronteras de su propio estado. El Islam ha establecido el marco de los derechos fundamentales y universales para la humanidad entera, derechos que deben ser observados y respetados, en todas las circunstancias, ya sea el individuo ciudadano o no del estado islámico. El Sagrado Corán afirma claramente: “¡Creyentes! sed íntegros ante Dios cuando practiquéis la justicia, que el odio a un pueblo enemigo no os incite a obrar injustamente. ¡Sed justos!.  Esto es lo más cercano al temor de Dios.” (Corán 5:8)  

La vida humana es sagrada 

La vida humana es sagrada y no debe perderse sin razón. Cuando se viola el carácter sagrado de la vida humana matando a una persona sin causa justificada, el Sagrado Corán lo compara con la muerte de la humanidad entera. “...Aquel que matase a una persona que no hubiera matado ni que haya corrompido en la tierra, es como si hubiera matado a toda la humanidad.”

            El Islam no permite oprimir a nadie y menos aún a las mujeres, los niños, las personas mayores, los enfermos y los heridos. La castidad y el honor de las mujeres deben ser respetados en todas las circunstancias. Aquel que padece hambre debe ser alimentado, aquel que no tiene ropas debe ser vestido, los enfermos deben ser atendidos, sin importar si son musulmanes o de sus adversarios.

Cuando hablamos de los derechos humanos en el Islam, pensamos que estos derechos han sido otorgados por Dios y no por un rey o una asamblea legislativa. Los derechos otorgados por los reyes y las asambleas legislativas pueden retirarse de la misma manera que han sido concedidos. lo mismo sucede con los derechos aceptados y reconocidos por los dictadores. Ellos los otorgan y los retiran a su conveniencia y pueden violarlos abiertamente si lo desean.

En el Islam los derechos del hombre son conferidos por Dios y en consecuencia, ninguna asamblea legislativa del mundo, ningún gobierno en la tierra tiene el derecho ni la autoridad de adoptar ninguna modificación. Nadie tiene el derecho de abrogarlos.

Tampoco se trata de los derechos humanos fundamentales conferidos sobre un papel para ser mostrados, exhibidos y a continuación denegados cuando nos sea más cómodo. No se trata tampoco de conceptos filosóficos privados de sanciones.

La carta, las proclamaciones y las resoluciones de las Naciones Unidas no pueden ser comparadas a los derechos que Dios sanciona, ya que los primeros no se aplican a todas las personas, en cambio los segundos constituyen un compromiso permanente para todo creyente. Estos derechos forman parte integrante de la fe islámica. Todos los musulmanes deberán aceptarlos, reconocerlos y aplicarlos. En el caso de que duden en aplicarlos o nieguen estos derechos garantizados por Dios, modificándolos o incluso violándolos, aunque afirmen verbalmente respetarlos, el veredicto del Sagrado Corán hacia tales comportamientos es claro e inequívoco: “Los que no juzgan según lo que Dios ha revelado, esos son los impíos” (Corán 5:44)

La vida y propiedad de todos los ciudadanos en un estado islámico son consideradas sagradas, sin importar si la persona es musulmana o no. El Islam también protege el honor, así pues en el Islam el dirigir malas palabras a los demás o el burlarse de ellos no está permitido. El Profeta Muhammad dijo: “Ciertamente vuestra sangre, vuestros bienes, y vuestro honor son inviolables."

El racismo no está permitido en el Islam, pues el Corán habla de la igualdad entre los hombres en los siguientes términos: «! Hombres! Os hemos creado a partir de un varón y de una hembra y os hemos hecho pueblos y tribus distintos para que os reconocierais unos a otros. Y en verdad que el más noble de vosotros ante Allah es el que más le teme. Allah es conocedor y está perfectamente informado. » (Corán, 49:13)

El Islam rechaza la idea de la preferencia de ciertos individuos o naciones debido a sus riquezas, poder o raza. Dios creó a los seres humanos como seres iguales que deberán ser distinguidos entre si tan solo basados en la piedad y la fe. El Profeta Muhammad dijo: « ¡Oh gente! Vuestro Dios es uno y vuestro ancestro (Adán) es uno. Un árabe no es mejor que un no árabe, y un no árabe no es mejor que un árabe, y una persona roja no es mejor que una persona negra y una persona negra no es mejor que una roja, excepto por la piedad. »

Uno de los principales problemas que confronta la humanidad hoy en día es el racismo.  El mundo desarrollado puede mandar a un hombre a la luna, pero no puede hacer que el hombre deje de odiar y luchar contra su semejante. Desde la época del profeta, el Islam ha sido un vívido ejemplo de cómo el racismo puede ser acabado. El peregrinaje anual a la Meca (Hayy) nos muestra la verdadera hermandad islámica de todas las razas y naciones, cuando cerca de dos millones de musulmanes de todas partes de mundo se reúnen en la Meca para realizar el peregrinaje.

El Islam es una religión de justicia. Dios dice: «Allah os ordena devolver los depósitos a sus dueños y que cuando juzguéis entre los hombres lo hagáis con justicia. ¡Qué bueno es aquello a lo que Allah os exhorta!.... » (Corán, 4:58)

Y también dijo: «...Sed justos, pues Allah ama a quienes establecen la justicia. » (Corán, 49:9)

Debemos ser justos hasta con aquellos que odiamos, tal y como lo dijo Dios: «... ¡Vosotros que creéis! Sed firmes a favor de Allah, dando testimonio con equidad. Y que el odio que podáis sentir por unos, no os lleve al extremo de no ser justos. ¡Sed justos! Eso se acerca más a la temeridad.... » (Corán, 5:8)

El Profeta Muhammad dijo: {“¡Oh gentes! Cuidaos de la injusticia, pues la injusticia será obscuridad el Día del Juicio.}

Y aquellos que no han recibido lo que por derecho les corresponde (es decir, sobre lo que tienen un justo reclamo) en esta vida, lo recibirá en el Día del Juicio, como el Profeta dijo: {“En el Día del Juicio, los derechos serán restituidos a aquellos que fueran desposeídos (de los mismos)...}

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